sábado, 9 de mayo de 2015

Sintesis del capitulo 4 del libro "nuevos ensayos mexicanos"

COLEGIO DE CIENCIAS Y HUMANIDADES                                    
         PLANTEL AZCAPOTZALCO




Cruz Cruz Laura
Jímenez Sandoval Aline Daniela
Macías Lujan Adriana Odalis
Michelle Miranda Ramírez
Moreno Martínez Lizbeth
Rojano Ensastiga Luis Ángel
Silva Breton Katya Pamela
  Grupo 415 



La república restaurada y el porfiriato 1867-1876
Al ver como el país perdía casi la mitad de su territorio ante estados unidos durante su reciente guerra mexicano-estadounidense (1846-1848), temían que sin una medida de crecimiento económico y de estabilidad política, peligrara la existencia misma de México como nación independiente.
Conforme al programa, procedieron primero a promulgar la constitución de 1857 y después una serie de leyes de reforma, para debilitar la posición de la iglesia.
Con la adopción de la ley de lerdo en 1856, los liberales habían iniciado un ataque absoluto en contra de la iglesia. Al declarar que el catolicismo ya no era la religión oficial de México, al disminuir la función política de la iglesia y destruir la base económica de su poder político, los liberales esperaban que México a semejanza de Estados Unidos  atraería inmigrantes europeos.
Las desastrosas consecuencias de la guerra
En julio de 1867, el presidente liberal Benito Juárez volvió a la ciudad de México tras la guerra contra los franceses, consecutiva a tres años de la guerra civil entre los liberales y los conservadores, la exaltación del triunfo militar podía apenas disfrazar breve mente el que los liberales hasta entonces no habían logrado muchas de las metas que se había propuesto doce años antes.                                                                                                                                                                                          
La iglesia había perdido la mayor parte de su control económico y político sobre el país; los golpes provocados por ella eran cosa del pasado. La expropiación de la tierra de la iglesia no dio origen a una clase de pequeños propietarios puesto que la tierra que fue subastada al mejor postor y a los ricos terratenientes locales adquirieron la mayor parte de ella.
El nuevo ejército liberal no garantizaba más la estabilidad que el conservador. No obstante el nuevo sentimiento nacionalista despertado por la victoria contra los franceses y el surgimiento de Juárez como un líder nacional genuina mente popular, el país se encontraba más lejos de la integración que nunca, las tierras comunitarias solo había abultado ligeramente la cuantía de la clase  media. Algunas de las mejores tierras habían pasado a manos de ricos hacendados.
Estos problemas estructurales fueron agravados por los que habían creado la guerra civil y la guerra contra los franceses.
Las heladas relaciones con Europa, causadas por las desastrosas consecuencias de la ejecución de Maximiliano y las negativas de Juárez a pagar las deudas de este, no mejoraron las cosas. Tras la derrota inicial de los liberales en 1863, la mayor parte de la burocracia habían condenado el gobierno de Juárez y se había unido a la administración de Maximiliano.
En la guerra contra los franceses, Juárez paso por alto toda precaución y emitió un llamado general a las armas contra los invasores extranjeros.
La estrategia política de Juárez
Sorprende el  hecho de que Juárez lograra mantener su liderazgo de movimiento liberal mexicano durante más de cinco años, pero fue la naturaleza dividida del movimiento liberal lo que ayudo a sobrevivir. Las dos principales fuerzas los movimientos hacendados y clase media.
Poco después de lograr la victoria sobre los franceses y los conservadores, Juárez reacciono a las crecientes divisiones y a la importancia del movimiento liberal. Con su prestigio entonces en la cima, emitió un llamado a nuevas elecciones y un referendo a una serie de enmiendas propuestas a la constitución. Para obtener el apoyo de la clase media, Juárez incremento el tamaño de la burocracia estatal.
En 1870, tres años después de su victoria, Juárez ofreció una amplia amnistía para todos aquellos que habían cooperado con Maximiliano.
Las leyes de reforma siguieron siendo las leyes agrarias, sin embargo, en términos prácticos la iglesia empezó a recuperarse rápidamente de sus pérdidas. Juárez tampoco s enfrento a otros a causa importante de descontento campesino, la carga desigual de los impuestos.
Levantamientos campesinos en época de Juárez
Durante la época colonial, el conflicto armado en el campo había sido de tres tipos, cada uno específico de cierta región. Una de las erupciones más radicales que ocurrieron en el centro de México fue en 1868, donde la prensa denunciaron a los rebeldes como socialistas furiosos.
Los movimientos campesinos en el sur de México continuaron  siendo lo que habían sido durante el periodo colonial. La protesta social organizada eran solo parte de la inquietud social que caracterizo los años finales del Juárez.

El primer levantamiento de Díaz
El deterioro del apoyo popular de Juárez era una constante invitación a los rivales a derrocarlo. El personaje popular que surgió de la guerra contra los franceses fue el antiguo subordinado de Juárez, el general Porfirio Díaz.
En 1867 fue candidato a la presidencia contra este; se presentó de nuevo en 1871 y volvió a perder. En 1871 en el plan de La noria, llamado así por la hacienda de Díaz, declaro que las elecciones habían sido fraudulentas e insistió a la gente a una rebelión.
Para hacer que el programa fuera menos favorable a él, Díaz prometió no postularse en las siguientes elecciones. El llamado a las armas por parte de Díaz tuvo cierto éxito y provoco un levantamiento con una extensión más que local.,
La sucesión de Juárez
El 17 de julio de 1872,  Juárez sufrió un ataque cardiaco y murió al día siguiente. Su sucesor según la constitución era el presidente del tribunal de la suprema corte, Sebastián Lerdo de Tejada.
Lerdo llego a ser una de las principales voces en favor de un México independiente durante la invasión francesa. Aunque tenía derecho a asumir la presidencia al morir, lerdo de inmediato hizo un llamado a nuevas elecciones que se llevaron a cabo en octubre de 1872. Esta vez obtuvo el triunfo.
En muchas aspectos lerdo, aplicando políticas similares, tuvo mucho más éxito del que habían tenido Juárez en sus últimos años, la base de su poder eran los pueblos indios a los que había devuelto las tierras que las haciendas les habían quitado. En 1873 inauguro la primera línea férrea importante de México, que enlazaba la capital con el puerto de Veracruz, lo que acelero gradualmente el desarrollo económico del país. En 1876 la tentativa de Díaz de derrocar a lerdo tuvo mucho más éxito que la anterior contra Juárez.
Juárez había procurado evitar cualquier confrontación con la iglesia pero por el contrario expropio los bienes de la iglesia, expulso a los jesuitas extranjeros de México y como gesto simbólico hizo que las leyes de reforma se incorporaran a la constitución.

El levantamiento de Tuxtepec
Cuando los éxitos políticos de lerdo se apagaban, Díaz se alzó en enero de 1876. A solicitud suya el comandante militar de Oaxaca proclamo el plan de Tuxtepec, que llamaba a una rebelión armada contra lerdo y a la elección de Díaz para la presidencia.
Bajo la presión combinada de la  iglesia y de Díaz, lerdo renuncio y huyo del país. Díaz ofreció reconocer a la iglesia como presidente provisional si, a su vez lo reconocía cabeza del nuevo ejército revolucionario y le prometía llevar a cabo pronto una nueva ronda de elecciones.
En la primavera de 1877, se llevaron a cabo elecciones y Díaz se convirtió en el nuevo presidente. Durante diez años de 1867 a 1877, México conoció la tranquilidad de no enfrentar el peligro de una intervención extranjera. Díaz se oponía abiertamente a las generosas concesiones que lerdo había acabado por otorgar a los promotores de los ferrocarriles estadounidenses.

Elaboración de la estrategia porfiriana
Primero se entregaron concesiones de todo tipo en términos sumamente generosos a los estadounidenses así como otros inversionistas. Segundo el gobierno mexicano hizo todo lo que estaba en su poder para renovar y después reforzar sus vínculos con Europa para equilibrar el poder estadounidense. Tercero, la estabilidad política debía ser mantenida a cualquier precio.
Las políticas nacionales de Díaz, que ofrecían la promesa de estabilidad interna así como de subsidios gubernamentales llevaron a los inversionistas estadounidenses a firmar contratos para la construcción de 2 importantes líneas férreas.
Díaz esperaba que los inversionistas así como los financieros y los políticos estadounidenses estarían  demasiado comprometidos para correr el riesgo de otra guerra que podría arruinar a México.

El interregno de González 1880-1884
Manteniendo su promesa, Díaz no se presentó como candidato para elección presidencial de 1880; en su lugar se presentó un sucesor elegido personalmente por Díaz, el general Manuel González.
González era considerado como el más corrupto y el menos capaz de los protegidos de Díaz. Una concesión aun mayor a los inversionistas extranjeros fue la decisión del gobierno mexicano de revocar el viejo código minero español que estipulaba que el terrateniente no era dueño de los minerales que se encontraban bajo su propiedad.
El problema de González fue complacer las exigencias estadounidenses significaban deteriorar sus recién restauradas relaciones con Europa. La administración de González pasó a la historia como uno d los gobiernos más corruptos de México.
En ese momento y de nuevo de bajo el régimen de Porfirio Díaz que fue electo presidente en 1884 y permaneció en el poder hasta 1911, México experimentó su más profunda transformación económica, política y social desde el advenimiento de la independencia en 1821.

El régimen de Díaz 1884-1900
Entre 1877 y 1900 la población de México aumento de casi 10 millones a más de 15 millones de habitantes, no había habido ninguna guerra reciente y el nivel de vida había mejorado un poco.
Entre 1877 y 1910 la población de los estados fronterizos de sonora, chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas se elevó en 227 por ciento.

Desarrollo económico bajo el gobierno de Díaz.
Entre 1884 y 1900 México experimento un rápido crecimiento económico. El flujo de inversiones extranjeros por un valor de casi 1200 millones de dólares, ayudo a que el producto nacional bruto se elevara a una tasa anual de 8 por ciento.
También produjo disparidades sin procedentes entre las empresas agrícolas equipadas con la tecnología más moderna. El progreso económico fue más pronunciado en los sectores de la economía orientados hacia la exportación. La minera registro el crecimiento más rápido. La producción de plata se elevó, la de plomo, cobre y las cosechas agrícolas crecieron a grandes pasos. Surgieron inmensas fábricas, también se crearon plantas industriales ligeras para la producción de papel, vidrio, zapatos, cerveza y procesamiento de alimentos.
A partir de 1900 el desarrollo industrial disminuyo radicalmente debido en parte a la caída en el estándar de vida después del cambio de siglo, por lo cual el mercado de los bienes industriales aumento de una manera mucho más limitada que antes. La administración de Díaz no apoyo a los productores nacionales que luchaban por sobrevivir.
El gobierno de Díaz  carecía de planes para desarrollar industrias particulares, de programa para estimular la tecnología de políticas para proteger a las industrias nacientes. Durante el porfiriato, surgieron importantes discrepancias en el sector agrícola no tanto con la producción, sino en el nivel de la modernización técnica.
Los adelantos tecnológicos posteriores a la modernización y al abaratamiento de la producción agrícola en EE.UU. siguieron siendo poco importantes en un país con un suministro de mano de obra barata como México. El gobierno de Díaz hizo todo lo que estaba en su poder para incrementar las inversiones europeas sin restringir las de Estados Unidos.
En 1888, el gobierno mexicano firmo su primer acuerdo importante. Los alemanes no solo aseguraron tasas de interés sumamente ventajosas sino que también el gobierno mexicano firmo un tratado que prácticamente otorgaba a la firma un monopolio sobre las finanzas externas del país.

Disparidades regionales en el desarrollo de México.
Otra profunda discrepancia originada por el desarrollo porfiriano, fue una creciente desigualdad entre el centro, el sur y el norte del país. De hecho volvía a los orígenes de la civilización de esta región.
Mucho antes de la conquista europea, se habían desarrollado una agricultura intensiva, grandes ciudades, una sociedad altamente estratificada y una  cultura compleja en la parte central y sur. Las económicas de la mayor parte de los estados del sureste se orientaron hacia uno o dos cultivos de exportación con muy poca diversificación agrícola y aún menos industria. En relación con el resto de la economía, el desarrollo industrial fue más importante en el norte que en la mayoría de las demás regiones de México. Se creó una industria acerera en la ciudad de Monterrey y en el norte se construyeron fundidoras para los minerales.
Fue en grandes zonas del centro de México donde en términos globales, la economía experimento los menores cambios.
La transformación política de México
En los años  posteriores a 1884 el régimen de Díaz llego a ser la primera dictadura eficaz y que duradera que surgió en México desde la independencia.
En su segundo periodo Díaz impidió la elección de cualquier  oponente al congreso mexicano. En 1888 Díaz se había vuelto una institución que probaba o desaprobaba automáticamente, cualquier candidato tenía que recibir la previa aprobación de Díaz para ser elegido o reelegido, en 1888 y 1892 en ese año la constitución fue modificada  para ampliar el periodo presidencial a seis años. A finales del siglo XIX,  solo dos formas de violencia existían en México: las rebeliones de los grupos indios fronterizos y las de las comunidades campesinas diseminadas, sobre todo en el norte. Aparte de invitar a los inversionistas extranjeros al país, la principal medida de Díaz para aumentar el ingreso era modernizar la administración financiera.
Díaz dio a los miembros de la oligarquía local, tanto a los de adentro como a los de afuera, un poder que permitía la estabilidad de la región. Con el fin de contrarrestar los posibles levantamientos de fuertes hombres locales Díaz, actuó de otras dos maneras. Una fue nombrar  comandantes militares sin raíces en la región para que vigilaran a los funcionarios civiles locales. La otra fue ascender al puesto de jefe político a los administradores distritales, quienes antes del régimen de Díaz habían sido funcionarios con poder imitado. La creación de un partido aseguraría algún tipo de sucesión ordenada e impediría lo que una gran parte de la elite mexicana más temía: el resurgimiento de la agitación y los conflictos en el país, si Díaz moría o era incapaz de terminar su periodo con el poder. Sin embargo Díaz rechazo la formación de un partido político.
Díaz aplico métodos de represión combinados con incentivos similares a los que utilizo para pacificar a los hombres fuertes regionales. En el siglo XIX  había sido una amenaza constante para cualquier gobierno central del país: el ejército. La política que aplico Díaz de represión, conciliación y nombramiento directo de todos las fuerzas de las clases altas y media que habían sido el origen de levantamientos e inestabilidad a principios del siglo XIX. Su gobierno nunca abolió las restricciones legales que las leyes de reforma imponían a la iglesia y tampoco le restituyo sus antiguas propiedades, en la práctica sucedía a la inversa.
En este periodo la principal amenaza para la iglesia no era el estado, sino los misioneros protestantes y los movimientos disidentes  en el campo. Un peligro aun mayor para la iglesia eran los movimientos disidentes entre el campesinado. Siempre habían existido estos movimientos pero mientras el catolicismo fue la región oficial del país, la iglesia siempre dispuso a los medios para reprimirlos. Ahora sus posibilidades de defenderse habían disminuido muchos debido al surgimiento en varias regiones del país, de hombres y mujeres “santos”  y “sagrados”, y fuertemente opuestos a la iglesia.
Aunque finalmente la iglesia no logro estabilizar la situación en el campo tuvo un éxito eminente en otros aspectos. Con el apoyo de Díaz logro un retorno político y económico y al mismo tiempo pudo incrementar su base entre el campesinado.
El dominio de la frontera norte
Durante los últimos veinticincos años del siglo XIX, el estado mexicano empezó a confirmar su dominio sobre la parte norte del país, Sonora, Chihuahua, Nuevo León y Durango. Los casi 300 mil mexicanos que se establecieron en el norte de  mexicanos entre 1877 y 1910  tenían un carácter social algo diferente. Eran campesinos  desplazados artesanos arruinados o aventureros que esperaban mejores oportunidades. Las modernas relaciones capitalistas habían remplazado en gran medida las formas tradicionales de las relaciones sociales en el campo.
Hasta finales del siglo XIX, los cambios económicos y sociales producidos por la absorción política y económica del norte, del centro de México y de Estados Unidos, produjeron mejorías para segmentos importantes no solo la clase alta, sino también de la clase media y baja.
La razón de que los indios yaquis y muchas de los primeros  colonos militares del norte iniciaran una serie de levantamientos contra el régimen de Díaz no fue que se opusieran a una economía capitalista moderna sino que resentían el hecho de que esta economía se desarrollara a costa de ellos. Para os colonos militares de Chihuahua, quienes en 1891-1893 se levantaron en armas contra el gobierno estatal y el régimen de Díaz, el problema de la tierra se entrelazaba estrechamente con una tradición de autonomía. A finales del siglo XIX el gobierno de Díaz sentía que la situación política en el norte estaba bajo control. Excepto por la región yaqui, el nivel de violencia disminuyo y los caudillos parecían apoyar sin reservas al gobierno. Sin embargo, era solo una tregua. A principios del siglo XX estallaron de nuevo los conflictos entre el sector moderno y el tradicional. Al final, los elementos rebeldes de ambos grupos derrocarían al régimen de Díaz y levantarían a todo México en los años que van de 1910 a 1920.

Los despojos contra el campesinado en el centro y sur de México
En la época de Juárez se habían hecho graves incursiones en las tierras de los pueblos comunales, pero en el régimen de Díaz. México cuando obtuvo su independencia, se estimaba que aproximadamente 40 por ciento de la tierra adecuada para la agricultura en las regiones del centro y sur del país pertenecía a los pueblos comunales. Cuando Díaz cayó en 1911, solo quedaba 5 por ciento en sus manos, más del 90 por ciento de los campesinos de México perdieron sus tierras.  Los hacendados destruían a los pueblos a fin de socavar su independencia económica y obligar así a sus habitantes a trabajar en las tierras de la hacienda.
No solo los incentivos a la expropiación de las tierras de las comunidades eran mayores que antes, sino que durante el periodo de Díaz encontraron nuevos apuntalamientos legales. En la administración de Manuel González que permitieron a las compañías privadas deslindaran los terrenos nacionales y conservar par así mismas un tercio de lo que encontraban.
El incremento de la población en México había provocado fuertes diferencias en los pueblos y los habitantes más ricos llegaron a ser socios de los terratenientes y de las autoridades porfirianas en la expropiación de las tierras de los pueblos. El debilitamiento de la resistencia campesina en los años 1880 y 1890 comparado con el periodo 1876 y 1880 se vincule también con el creciente poder del estado, el reforzamiento del ejército y su mayor movilidad con los ferrocarriles, y con la creación de nuevas unidades de policía. El prestigio personal de Porfirio Díaz así como algunos escasos pasos para ayudar a los pueblos, también pueden haber impedido que surgiera la resistencia campesina.
Hasta los últimos años de su régimen, Díaz no dio pasos que pudieran haber limitado efectivamente la perdida de la tierra, o la autonomía de los campesinos. En 1910 Díaz ejerció la única medida nacional que, si hubiese sido tomada unos años antes, hubiera restringido eficazmente las expropiaciones en los pueblos: decreto que no se llevarían a cabo más ventas de tierras públicas.

La evolución de la condición del peón a la esclavitud o la libertad
En muchas haciendas del centro y sur de México el nivel de los agricultores como peones, estaba sujeto a cambios no menos drásticos que en los pueblos libres que habían sido expropiados. A principios del siglo XX solo algunos servidores privilegiados trabajaban aun en las tierras sobre una base del 50 por ciento. Todos los demás se habían transformado en medieros al quinto que eran los que tomaban prestados la maquinaria y los animales de la granja y tenían que pagar el habitual 50 por ciento de sus cosechas más la quinta parte del resto por el uso de la maquinaria y los animales.
La expropiación de las tierras de los pueblos así como el incremento demográfico originaron grandes masas de trabajadores desempleados.
En otras regiones del centro de México, la competencia de las industrias recién creadas, de las construcción de ferrocarriles y de los hacendados necesitados de más trabajadores para la cosecha produjo el efecto inverso y provoco una escasez de mano de obra.

El surgimiento de una clase gobernante nacional
Durante el periodo de Díaz, en el otro extremo de las clases sociales también se llevó acabo una importante transformación la creación de lo que podría llamarse una clase gobernante nacional. Excepto por la iglesia que siempre tuvo un carácter nacional, durante la primera parte del siglo XIX.
Había pocos industriales, ninguno de los cuales controlaban industrias importantes, en tanto que la mayor parte de los mineros y comerciantes eran extranjeros. Una de los rasgos más característicos de la clase gobernante mexicana era su orientación pro-europea. La razón por lo cual preferían a los europeos era precisamente que se habían transformado en una clase gobernante nacional, cuyo punto de vista trascendía los limites regionales y asumían perspectivas  nacionales. Sentían que el apoyo europeo era crucial para el mantenimiento de la independencia de México .Los europeos estaban mucho más dispuestos que los estadounidenses el hacer  verdaderas concesiones a sus intermediarios mexicanos.
Las simpatías europeas de la clase gobernante mexicana fueron reforzadas por una alianza con otro grupo de origen europeo  que hasta finales del siglo XIX raras veces se había asociado con mexicanos.

El surgimiento de un proletariado industrial
La modernización porfiriana incrementó el tamaño de la clase trabajador de México, altero su estatus y sus condiciones de vida, y se transformó profundamente su conciencia. Los sindicatos y las huelgas estaban prohibidos. Las condiciones en las fábricas textiles podían ser mucho más duras.
No había seguro médico, de accidente o incapacidad, hasta el cambio de siglo fueron raras, sin embargo las huelgas y otros movimientos de protesta entre los trabajadores industriales. Eran todavía peores en las haciendas de las que venían muchos trabajadores o en los pueblos donde tantos antiguos campesinos habían perdido sus tierras.
Una de las grandes diferencias entre la clase trabajador industrial mexicana y sus contrapartes en los países más desarrollados era la relativa debilidad del segmento superior privilegiado de trabajadores calificados.

El control de la clase media
Uno de los mayores éxitos de Porfirio Díaz fue la capacidad de su régimen para controlar a las clases medias tradicionalmente rebeldes y con frecuencia amotinadas, que incluían a los burócratas del gobierno. Hasta el cambio de siglo esto se logró con poca violencia o represión. Después de volver al poder en 1884, Díaz suprimió gradualmente los derechos que había permitido conservar a la clase media durante su primer periodo.
Grandes segmentos de la clase media aceptaron estas restricciones a su poder y libertad sin manifestar ninguna resistencia importante al régimen. Grupos importantes de la clase media empezaron a padecer perdidas económicas durante el cambio de siglo. En tanto que la oposición de los intelectuales a una dictadura es un fenómeno casi natural, no puede decirse lo mismo de la oposición masivo de los comerciantes al régimen de Díaz.

La crisis del porfiriato
Los profundos cambios sociales y económicos que llevo a cabo Díaz y el antagonismo que engendraron. Tuvo una eficacia sorprendente hasta el cambio de siglo para evitar que surgieran importantes fuerzas de oposición a su régimen. En el corto lapso de diez años 1900 a 1910, esta situación cambió drásticamente. Surgieron tres movimientos nacionales de oposición, dos de los cuales provocaron el violento derrocamiento del régimen.
Las rebeliones de la clase baja que habían estallado no obstante fueron fácilmente aplastadas por la maquinaria represiva estatal de Díaz. En la primera década del siglo XX el profundo cambio en la situación ocurrió cuando el régimen de Díaz demostró su incapacidad de mantener el consenso de las clases alta y media. Cuando los miembros de todos estos grupos y clases unieron fuerzas, estallo la revolución mexicana y cayo el régimen de Díaz.
Entre 1900 y 1910 el flujo de inversiones extranjeras a México asumió proporciones torrenciales. Represento casi tres mil millones, tres veces más que durante los primeros veinticuatro años del gobierno porfirista. El resultado fue una gran caída en los salarios reales en muchas partes de México. Una de las mayores crisis económicas que enfrento el México porfiriano, una depresión cíclica en Estados Unidos se extendió a México y provoco despidos masivos, aumento por el regreso de miles de trabajadores por una crisis agrícola que ocurrió simultáneamente.
El régimen porfirista no solo no deseaba sino que tampoco era capaz de satisfacer a segmentos importantes de la clase alta; a la mayor parte de la clase media ni a los segmentos más pobres de la sociedad. La administración de Díaz disminuyo algunas tarifas para fomentar la importación de productos alimenticios básicos. El resultado fue la ruina, o por lo menos grandes dificultades económicas para muchos de los empresarios de la clase media mexicana. Esta crisis económica tan severa no fue la causa inmediata que provoco la explosión social de México en los años de 1910 a 1920.
Un factor importante que contribuyo a la desestabilizador del régimen de Díaz en sus últimos años, fue el surgimiento de una fuerte oposición de la clase trabajadora. Sus principales manifestaciones fueron huelgas, sin precedentes en su objetivo y en la represión oficial nacional de oposición con fuertes tendencias anarcosindicalistas. Díaz prefería hacer tratos más que reprimir y cuando utilizaba medios represivos trataba de mantenerlos tan secretos como le fuera posible.
En el cambio de siglo se llevó a cabo en México una profunda transformación política. Díaz abandono una de sus políticas básicas, la aplicación de la estrategia de dividir para vencer que tan fuertemente había reforzado su régimen durante los primeros años. A nivel nacional, Díaz permitió y algunas veces fomento el crecimiento de camarillas que rivalizaban con los científicos. Durante el cambio de siglo se volvió claro que Díaz no quería o era incapaz de aplicar esta estrategia con el mismo vigor que en sus primeros años del poder.
Francisco I. Madero, había intentado iniciar durante algunos años era oposición política a la administración de Díaz. Al cambiar al siglo XX, Francisco I. Madero había formado y encabezado una coalición de hacendados de la La Laguna para oponerse a los tentativas de la compañía angloestadounidense. En la mayor parte de México existía una clase media insatisfecha que resentía  ser excluida del poder político, recibir los mendrugos del auge económico, y que los extranjeros tuvieran una función cada vez más importante en la estructura social y económica del país. No solo las clases medias del país, y más las del norte estaba profundamente dañada por la crisis d 1907 que afecto al norte mucho más que a cualquier otra región de México, sino que como Díaz otorgo control político de sus propiedades a la oligarquía y puso fin al sistema bipartita. Al acercarse la elección presidencial de 1910 estallo una nueva lucha por la sucesión.
El partido anti reeleccionista, dirigido por Francisco I. Madero, el rico hacendado de Coahuila, Madero llego a ser un personaje nacional en 1908 cuando publico un libro sobre la sucesión presidencial. Cuando Madero formo su partido, Díaz no lo tomo en serio. Más aun, sintió que podía dividir y debilitar al único partido de oposición al que realmente temía. Los anti reeleccionistas se volvieron el único grupo en México que incluía a miembros d todas las clases social, desde los ricos hacendados hasta los peones más bajos de las grandes propiedades. Esta coalición heterogénea e inesperada encabezado por un hombre sin experiencia militar logro derrocar el régimen de Díaz en 1910-1911.
Como resultado hacia 1910 su administración se encontraba en una situación paradójica. En tanto que las políticas del presidente de México era cada vez más resentidas por algunas corporaciones estadounidenses.

El fin del porfiriato
El 16 de septiembre de 1910 el régimen de Díaz parecía haber llegado al ápice de su poder. Díaz parecía haber resuelto la mayor parte de las dificultades  de los dos años anteriores. No solo los reyes habían partido al exilio, sino que Francisco I. Madero por lo menos en opinión de las autoridades porfirianas.
El 5 de junio de 1910, poco antes de las elecciones, había sido arrestado con el cargo de insurrección. Acusando a Díaz de haber llevado a cabo elecciones fraudulentas, Madero asumió el cargo de presidente provisional y el 20 de noviembre de 1911 llamo al pueblo a una rebelión.
El 14 de febrero de 1911, Madero cruzo la frontera de Estados Unidos hacia México y asumió el liderazgo de los revolucionarios de Chihuahua. Emiliano Zapata estuvo al mando de un levantamiento campesino en el estado de Morelos.
En México genero temores de que Estados Unidos estuviera preparado para intervenir e incrementar la presión sobre Díaz, incluso por parte de sus partidarios más cercano, para que renunciara y pactara con los revolucionarios. El 21 de mayo de 1911 se firmaron los Tratados de Ciudad Juárez entre Madero y el gobierno federal.
El 15 de octubre de 1911 Madero fue electo presidente por una abrumadora mayoría en la que probablemente fue la elección más limpia que hubiera tenido el país. Madero tomo protesta el 6 de noviembre de 1911, firmemente convencido de que había terminado la revolución mexicana y de que se habían alcanzado sus objetivos, tal como el los entendía.
Glosario

  1. Advenimiento: Llegada, venida o aparición especialmente de un acontecimiento importante o de una época.

  1. Amnistía: Olvido de los delitos políticos por quien tiene protestad de hacer leyes.

  1. Antagonismo: Incompatibilidad, oposición o rivalidad entre personas, opiniones o ideas

  1. Discrepancia: Controversia o disputa, diferencia de opinión existente entre las partes activas sobre un asunto.


  1. Disparidades: Diferencia o desemejanza entre dos o más cosas, desigualdad entre las características de dos o más entes.


  1. Incentivas: Es aquello que mueve o desea hacer algo. Puede tratarse algo real, como dinero o algo simbolico.


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